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sábado, 31 de marzo de 2012

Capítulo Uno

::Iseela::

Mi nombre es Iseela Fainello, tengo 21 años & vivo en Verona, Italia; Tengo un físico casi perfecto…Ojos de un color azul oscuro, largo cabello castaño, y una figura perfecta, digna de una diva. Provengo de una familia de empresarios en Verona.

Me encontraba en mi habitación mirando una fotografía familiar junto a mis maletas. De verdad extrañaría a mis hermanos, Julieta, Luca & Diego. De 29, 27 & 24 años respectivamente.

-En verdad los voy a extrañar –Dije en mi idioma natal.

Había conseguido una beca de estudios en un pequeño pueblo en América, llamado Mistyc Falls.

Me levanté de la cama, metiendo la fotografía en mi bolso.

Caminé por mi espacioso cuarto, repasando cada uno de los detalles en mi mente; me metí al baño & entré en la tina llena de burbujas.

Después de darme un baño, me vestí con una playera de color negro, unos jeans y unas botas de color negro.

Me alisé el cabello y maquille un poco.

Solamente se escuchaba el sonido de mis pulseras chocar entre sí, cuando al fin terminé de hacer todas mis maletas, bajé las escaleras.

Tarareaba la cancion de Bad Romance de Lady Gaga mientras buscaba a alguno de mis hermanos mayores para que me ayudaran con mis maletas.

Me di por vencida al no verlos.

………………

-Te extrañaremos! –Dijo mi madre mientras me abrazaba.

-Tambien los extrañaré… -Contesté sonriendo.

Diego me ayudó a subir las maletas a mi lindo auto, una camioneta Captiva Sport de color azul marino, mientras Luca tomaba unas fotografías.

-Ciao! –Dije antes de subir a mi auto.

Todos contestaron, agitando su mano mientras yo me alejaba.

Conduje hasta el aeropuerto de Verona. Documenté todas mis maletas al igual que el auto. Gracias a Dios, había encontrado un vuelo en uno de esos aviones donde también puedes llevar tu auto.

Después de esperar un largo rato, al fin anunciaron mi vuelo.

-Pasajeros con destino a Mistyc Falls, América…favor de pasar a la sala de abordar –Dijeron por los altavoces.

Volví a tomar mis cosas & miré por la puerta de entrada, que dejaba ver a la hermosa ciudad de Verona.

-Ciao Verona… -Pensé.

Caminé hacia la sala de abordar sin dejar de mirar el hermoso panorama de la ciudad que siempre había amado desde que nos mudamos años atrás, provenientes de Milán.

El frio viento de invierno revolvió mi cabello, la nieve caía dejando una capa blanca sobre los techos de las casas.

Sonó mi celular con mi canción favorita…Ama ancora de el grupo que formaban mis hermanos…Sonohra.

-Si? –Pregunté.

-Emma! –Exclamó Julieta.

-Que ocurre? –Le pregunté.

-Papá te desea buen viaje…no pudo llegar para despedirse de ti –Exclamó.

Mi padre ahora se encontraba en Venecia, en un proyecto de remodelación de una iglesia.

-Claro, dile que no hay problema, debo irme, estoy por abordar… -

-Claro…Ciao Sorella!

-Ciao!, los veré en Verano –

Cerré el celular & entré a la sala de abordar. Después de revisarme exhaustivamente subí por las pequeñas escaleras que conducían al interior del avión.

Saqué mi cámara & tomé la ultima foto que tendría de Verona.

Realmente amaba mi ciudad.

Caminé con mi bolso sobre el hombro & una almohada de color rosado bajo el brazo.

Me senté en el asiento número 22, justo junto a la ventana.

Después de un rato me percaté de que no había nadie a mi lado, así que me recargué en la ventana & subí los pies al asiento continuo.

Encendí mi Ipod, miré la hora en mi celular & marcaban las 04: 33 de la mañana, tendría que cambiar la hora al llegar a América.

Minutos después me encontraba profundamente dormida.

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Sentí como me movían ligeramente.

-Señorita, hemos llegado…Bienvenida a Estados Unidos –Dijo una de las azafatas.

Aún algo adormilada pude contestar.

Bajé mis piernas & tomé mis cosas, antes de bajar me cepillé el cabello & guardé mi Ipod en uno de los bolsillos del bolso.

Tomé la linda almohada & caminé hasta bajar por las escaleritas.

Al igual que en Verona, hacía frío.

Según había leído ese era su clima típico, siempre estaba nublado.

Después de un rato, pude salir del aeropuerto.

Metí mis maletas en la cajuela de mi auto & conduje hasta donde estaba mi casa.

Estaba justamente cerca del centro de la ciudad.

Estacioné mi auto frente a la hermosa casa de color anaranjado con un lindo jardín al frente & un gran patio.

Bajé del auto & me quedé contemplando la casa.

-Bienvenida a casa… -Me dije a mi misma en un suspiro.

Saqué mi bolso del auto & rebusqué las llaves.

Una vez dentro de mi nuevo hogar, me percaté de que ya estaban todos los muebles que necesitaría; mis padres habían planeado toda la vida mi mudanza a América.

Sonreí al ver un cuadro de toda mi familia en la sala.

Subí las escaleras & encontré mi cuarto; pintado de un lindo color rosado con hermosos detalles en negro… dejé mi bolso sobre la cama con el precioso edredón en tonos pastel.

Mamá se había encargado de llenar mi armario con nueva ropa & zapatos.

Sin pensarlo abrí el armario & me encontré con todo tipo de ropa & accesorios para mí.

No pude evitar sonreír al ver una pequeñísima sección a lo ultimo del armario, de podían distinguir los colores verde, blanco & rojo.

En ella, encontré varias playeras que había recopilado de todos los viajes familiares & giras musicales a lo largo de Italia.

Me giré hacía el precioso & grandísimo baño.

Al abrir la puerta me encontré con una gran bandera italiana en el fondo, justo junto a mi ventana.

-wow!...demasiado italiano –Dije sorprendida.

Bajé las escaleras & caminé hasta mi auto.

Estaba por caérseme una de las cajas que tenía en las manos, cuando un chico algo raro la detuvo.

-Gracias… -Dije con mi muy notorio acento Italiano.

-De nada… -Dijo el chico.

Vestía un pantalón de mezclilla & una sudadera con el gorro sobre su cabeza.

-Puedo ayudarte? –Preguntó.

-Claro… -Asentí mientras le daba una caja.

-& dime…¿Eres nueva? –Preguntó.

-Si… -Dije mientras le indicaba donde poner la caja.

-& de dónde vienes? -

-Verona… -Respondí.

El me miró con una expresión de signo de interrogación plasmada en su cara.

-Italia… -corregí.

-Ah!... –Exclamó apenado mientras pasaba una mano por su cabello.

-& tu, eres de aquí? –Le pregunté.

-Si…de hecho vivo a 3 casas de aquí –Dijo sonriente.

-Cuál es tu nombre? –continuó.

-Iseela Fainello -

-Jeremy Gilbert, mucho gusto –Dijo extendiéndome la mano.

La tomé mientras sonreíamos.

Estuvimos platicando un rato más hasta que él se fue.

Subí a mi habitación, me di una ducha & me cambié.

Ahora, vestía un pantalón de mezclilla tipo tubo, unos zapatos tipos balerinas de color amarillo, una blusa de color café & una chaqueta de color miel sobre ella.

Dejé mi cabello suelto, tomé mi bolso & las llaves de mi casa.

Me encontraba caminando sin rumbo fijo por el pequeño pueblo de Mistyc Falls, el frío aire revolvía mi cabello.

Después de tanto caminar decidí regresar a mi casa.

Me puse mi pijama favorita & encendí la computadora.

Había comprado justamente dos relojes & los había colgado en mi pared, cada uno bajo el letrero de “Verona” & “América”.

Eché un vistazo al reloj que decía “Verona” & ví que eran las 8: 15 de la mañana.

Abrí mi correo & encontré un mensaje de Julieta.

-Buenos días hermanita! –

Sonreí & acomodé mi Laptop sobre mis piernas.

-Tan temprano & ya conectada? –Teclee.

-& tú que hablas, según mis cálculos son la 01: 15 de la mañana en América- Respondió.

Solté una pequeña risita e iniciamos una video-llamada.

Rápidamente divisé a mi rubio hermano caminando por la sala aún en pijama.

-Saluden a Isee! –Exclamó mi hermana mientras caminaba con la laptop sobre sus manos.

Diego aún en pijama & con el cabello revuelto jugueteaba con una especia de avena servida en un tazón de color azul, mientras que Luca, se servía un tazón de cereal con leche.

-Hola Emma! –Dijo Luca acercándose a la computadora.

Pude notar que todos, exactamente todos, estaban aún en pijama excepto Julieta, quien lucía su lindo uniforme de la oficina en donde trabajaba.

Estuve conversando con ellos un largo rato hasta casi no poder abrir los ojos.

Me despedí de ellos, dándome cuenta de que todos ya estaban bañados, perfumados & vestidos para ir al trabajo.

Apagué la computadora, con la promesa de volver a hablar con ellos a la noche siguiente.

-¿Acaso soy la única de la familia que aún no tiene trabajo? –Me pregunté mientras guardaba la computadora.

Había estudiado Música en el Instituto de Arte de Verona, al igual que mis hermanos mayores pero, papá siempre había soñado con que estudiara en América.

Así que ahora estudiaba arquitectura en una de las mejores universidades aquí en Mistyc Falls.

A la mañana siguiente me levanté temprano como de costumbre & me di un baño; Me vestí con una blusa de color gris & un pantalón de mezclilla, me arreglé el cabello & bajé las escaleras mientras prendía mi celular.

Estaba caminando cerca de mi nueva & grande universidad cuando choqué con alguien, haciendo que callera al suelo.

-Cuanto lo siento –Exclamé.

El chico de tez extremadamente pálida & cabello semi largo, liso & negro me miró mientras me tendía la mano.

Sin pensarlo dos veces la tomé; vestía una chaqueta de cuero negra a juego con el pantalón de mezclilla de color azul marino oscuro & una playera del mismo color que la chaqueta.

-cuál es tu nombre preciosa? –Exclamó.

Lo miré detenidamente.

Me miraba de pies a cabeza; su mirada se quedó clavada en el escote bastante pronunciado que traía.

-Que descarado… -Pensé.

Pero había algo en mi interior que se sentía atraído por el chico misterioso, su aspecto era rebelde & notablemente descarado.

-Iseela… -Contesté seductoramente.

El enarcó una ceja & tomó mi mano, depositándole un tierno beso en ella.

En ese preciso momento el frío viento de invierno revolvió mi cabello & también las hojas de los árboles junto a nosotros.

-Cuál es tu nombre joven forastero? –Le pregunté con mi hermoso acento italiano.

Él soltó una pequeña risita & me volvió a mirar mientras bajaba su mano hasta acariciar la mía.

Era frío, demasiado a decir verdad, pero su aspecto pálido me hacía enloquecer.

-Damon…Damon Salvatore –Dijo con una media sonrisa en el rostro.

Sonreí & sentí como apretaba su mano a la mía, pero aún sin perder la delicadeza.

Continué caminando sin siquiera despedirme de él.

Pude sentir su mirada fija sobre mí, especialmente en mis caderas; me detuve a la mitad del camino & me giré hacia él.

-Mucho gusto…Damon Salvatore –Exclamé antes de seguir caminando.

Divisé como su expresión se torcía en una perfecta sonrisa mientras me hacía algo como un tipo de “reverencia” antes de girarse sobre sus talones & desaparecer entre el bosque.

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